
Nueva regulación para una industria bajo la lupa
La reforma refuerza el marco legal vigente y extiende la capacidad del Estado para identificar, prevenir y sancionar operaciones relacionadas con el lavado de dinero. En particular, las actividades vinculadas al sector de apuestas pasan a estar formalmente incluidas como vulnerables, lo que implica mayores exigencias de transparencia y reportes obligatorios por parte de operadores y concesionarios.
Entre los cambios más relevantes se encuentran:
- Mayor fiscalización por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
- Obligación de reportar operaciones sospechosas, sin importar el monto, si existen indicios de procedencia ilícita.
- Sanciones más severas, que van desde multas hasta la suspensión de licencias para quienes no cumplan con los requisitos de la ley.
Respuesta a estándares internacionales
La reforma responde a recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que evaluará a México este año en materia de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo. Esta presión internacional ha sido determinante para acelerar la aprobación del proyecto, según indicaron fuentes legislativas.
Desde el Senado, se destacó que el objetivo es blindar al sistema financiero mexicano y proteger a los sectores económicos más expuestos. No obstante, diversos legisladores de oposición expresaron su preocupación por la posibilidad de que la ley vulnere derechos fundamentales, como el acceso a la privacidad financiera o el debido proceso, ya que la reforma permitiría el acceso a información bancaria sin necesidad de una orden judicial previa.
Implicaciones para la industria del juego
La aprobación de esta ley marca un antes y un después para el sector de los juegos de azar en México. Los operadores de casinos, plataformas de apuestas deportivas y sorteos deberán ajustar sus protocolos de verificación de usuarios, manejo de pagos y reporte de operaciones, invirtiendo en tecnología y recursos humanos especializados.
Este endurecimiento del marco regulatorio podría beneficiar a operadores que ya han apostado por la legalidad y el cumplimiento normativo. Un ejemplo de ello es el caso de BetBoom, que obtuvo su licencia en Perú, un operador que ha expandido su presencia en América Latina apostando por mercados regulados y transparentes.
La nueva Ley Antilavado en México refuerza esa tendencia, consolidando la idea de que los operadores que invierten en cumplir con los estándares legales no solo ganan legitimidad, sino también ventajas competitivas frente a la oferta informal. De esta manera, podría esperarse un aumento de plataformas que busquen regular su estatus en territorio mexicano.
Asimismo, se espera un incremento en la supervisión a nivel federal y estatal, lo que podría llevar a una reducción de operadores informales o no regulados, favoreciendo a las plataformas legalmente constituidas.
Antecedentes
En un contexto donde la fiscalización al sector del juego se intensifica, es relevante mencionar el caso de Codere México, que enfrenta una exigencia de pago de $66 millones de dólares americanos por parte del SAT, tras un fallo definitivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esta resolución, correspondiente a impuestos pendientes del ejercicio 2008, refuerza un precedente clave: la autoridad fiscal puede reactivar procedimientos anulados por errores formales y exigir montos mayores tras corregir vicios de forma.
Este caso subraya la importancia de que los operadores del sector cumplan rigurosamente con sus obligaciones tributarias para evitar sanciones severas y demuestra cómo la nueva Ley Antilavado complementa este entorno de fiscalización reforzada.
En pocas palabras
La reforma a la Ley Antilavado representa un paso significativo hacia la consolidación de un mercado de apuestas más seguro y regulado en México. Sin embargo, su implementación deberá equilibrar la vigilancia financiera con la garantía de derechos individuales, para evitar excesos que puedan impactar negativamente tanto en la industria como en los usuarios.